El divorcio en Colombia fue legalizado en 1976 mediante la Ley 25, que estableció el divorcio vincular o disolución del vínculo matrimonial, que permitía la disolución del matrimonio civil por mutuo consentimiento o por causales específicas como la infidelidad, el abandono y la violencia intrafamiliar.
Antes de la Ley 25, el divorcio sólo era posible por causales muy limitadas y sólo a través de un proceso judicial largo y costoso. En 1938 se había aprobado la Ley 28, que permitía el divorcio en casos de adulterio, pero la ley fue declarada inconstitucional en 1945.
La legalización del divorcio en Colombia en 1976 fue el resultado de una lucha histórica liderada por grupos feministas y de defensa de los derechos de las mujeres, que buscaban poner fin a la discriminación y la desigualdad en el matrimonio y en las relaciones de pareja.
Desde entonces, el divorcio en Colombia ha evolucionado con la incorporación de nuevas causales y procedimientos que facilitan la disolución del matrimonio. En 2005, por ejemplo, se aprobó la Ley 962, que estableció el divorcio por separación de hecho por un período mínimo de dos años, lo que permitió a las parejas separarse legalmente sin tener que demostrar causales específicas.
A pesar de estos avances, el divorcio sigue siendo un tema controversial en Colombia, especialmente en relación con la custodia de los hijos y la división de bienes. Además, el proceso de divorcio puede ser largo y costoso, especialmente en casos contenciosos.
En general, el divorcio en Colombia ha evolucionado de una situación en la que sólo era posible en casos muy específicos y a través de un proceso judicial complejo, a una situación en la que es posible disolver el matrimonio por mutuo consentimiento o por causales específicas, lo que ha permitido una mayor libertad y autonomía para las parejas en su decisión de separarse